Aunque es muy positivo y esperanzador saber que hay trabajadoras y trabajadores con inquietudes por querer mejorar las condiciones laborales en esta empresa explotadora, para nada es bueno que sean los sindicatos firmantes de los lesivos convenios de Acció Social de Catalunya y Aldeas Infantiles España, los que vayan a presentar candidatura. A nosotros no se nos olvida que UGT acepta sin pudor alguno que exista dentro del Convenio de empresa de Aldeas España la figura semiesclava de la educadora permanente, currando como una burra más de 120 horas a la semana. Comisiones Obreras es culpable de negociar a espaldas de todo el sector subidas salariales seis puntos porcentuales por debajo del coste de la vida... Ambas son organizaciones extremadamente jerárquicas, burócratas, con intereses políticos y que costean parcialmente su tren de vida mediante las subvenciones que se dan al ganar elecciones sindicales. Quizá por eso se rumorea que ha venido alguna que otra jefaza de Madrid para organizar tan aprisa estos comicios..., y tal vez por eso la empresa no está poniendo demasiados impedimentos para la celebración de esta «fiesta de la democracia».
Que las candidatas o candidatos que se presentan sean buena gente o con convicciones es irrelevante. El mundo de la política y el sindicalismo está lleno de maravillosas personas que se transforman en seres egoístas cuando se les permite decidir por el resto y la experiencia histórica desde 1978, fecha de la primeras elecciones sindicales tras el Franquismo, nos muestra que esta forma de afrontar los problemas en el trabajo termina siempre mal: las trabajadoras y trabajadores siguen sin saber cuáles son sus derechos ni se esfuerzan en informarse porque «pa' qué, si ya está el delegao y el comité»; la delegación de responsabilidades provoca desmovilización y rechazo general hacia las organizaciones obreras cuando los representantes sindicales firman convenios, despidos, se «liberan» de trabajar, etc. Como la gente se desentiende y no conoce las leyes, las empresas y entidades de nuestro sector empiezan a decir qué es lo que está permitido y lo que no, pasando por encima nuestro. Al final del camino nos encontramos quemados, sin esperanza de que nuestras condiciones laborales mejoren y atendiendo en precarias condiciones a una población ya de por sí castigada por políticos y empresarios.
Las elecciones sindicales no son democráticas, porque unos pocos privilegiados son los que deciden por el resto. Sin embargo, allí donde se han puesto en marcha las propuestas de CNT, como es la Asamblea de trabajadoras y trabajadores, y la actuación sindical mediante secciones del propio sindicato, se han logrado mejoras reales, porque todo el mundo aporta su conocimiento y aprende a saber, a decidir y a luchar.
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