- La falta de profesionalidad del director territorial y la directora del centro de día, más allá de su comportamiento antiobrero e inhumano para con sus trabajadores -que con eso ya contamos desde que les conocimos-.
- El hartazgo ante un sector como es el social, donde casi nadie se toma en serio casi nada que tenga que ver con la práctica educativa.
- Otras motivaciones personales y la necesidad de cambiar de profesión.
2012-2013
Aldeas Infantiles impone como referencia metodológica una cosa llamada «Marco Lógico» que la directora se ve incapaz de explicar ni implementar correctamente durante más de seis años. Baja de larga duración y abandono de una trabajadora del proyecto de Centro Abierto por no aguantar el mal ambiente, los horarios laborales (se entra a las 15h., se sale a las 21h., se trabajan dos mañanas y cinco tardes, y los dos días «largos» se está en el centro desde las 10h hasta las 21h.). Despido de un educador de Centro Abierto que lleva trabajando más de siete años por supuesta bajada de rendimiento. Posteriormente el despido queda en improcedente. Aldeas Infantiles se pasa por el forro de sus cojones los derechos más básicos: se hacen horas extras, se nos impide tomar vacaciones en determinados periodos del año, se nos obliga a acudir a actividades fuera de nuestro horario laboral. Trabajamos en las colonias 24 horas varios días, a cambio de un par de días más de vacaciones. No hay revisiones médicas. El trabajo se desarrolla en condiciones que afectan a nuestra salud. No se cubre adecadamente el puesto de quien se había puesto enfermo. Las ocurrencias en el ámbito educativo son constantes, como obligarnos a actuar de educadores de calle media jornada a la semana... Los reproches, amenazas veladas y presiones de la directora del centro de día son habituales. Hay una señora contratada como «coach» que es capaz de determinar nuestra personalidad a través del color que elegimos un día cualquiera.
2013-2014
Se inicia el curso apostando por chorradas como las «Costelaciones familiares»... La «Terapia sistémica» comienza a hacer acto de presencia con sus fundamentos pseudocientíficos. Una profesional de Centro Abierto llega a trabajar tres días sin estar dada de alta en la Seguridad Social; otra, del proyecto de Integración y Deporte, sufre mareos a causa de la atmósfera irrespirable provocada por las imposiciones de la directora. A finales de año, entra una nueva educadora al programa de Centro Abierto. A principios de 2014, se despide a un trabajador de Integración y Deporte por presunta bajada de rendimiento. Al cabo de siete meses debe ser readmitido con una indemnización de miles de euros que pagan los socios de la ONG. Mientras tanto, la educadora que sufre mareos, harta, decide causar baja voluntaria y para sustituir al despedido se contrata un profesor de educación física, el cual debe hacer labores de educador social sin serlo ni saber en qué consisten. El director territorial acude en varias ocasiones al centro para chatanjear y amenazar sibilinamente a la plantilla, debido al conflicto sindical por el despido del trabajador anteriormente mencionado.
2014-2015
Justo antes de comenzar, un profesional del proyecto de Centro Abierto deja su puesto por no aguantar el «maltrato» y el ninguneo del director territorial y la directora del centro hacia la plantilla. Una educadora que había entrado a finales de diciembre de 2013 es promocionada a coordinadora sin una clara selección por méritos. Entran dos nuevas educadoras. La dirección del centro informa de que a partir de ahora no habrá más colonias y cambia unilateralmente los horarios, obligando a la plantilla a entrar a las 14h., para salir a las 21h., trabajando dos mañanas y cinco tardes: los dos días «largos», se entra a las 9:30h. y se sale a las 20:45h., con dos horas y media para comer, algo que obliga a la mayor parte de la plantilla a permanecer en el centro de trabajo, pues no les da tiempo de ir a sus casas). En lugar de apostar por acciones socioeducativas amparadas en evidencias científicas y resultados contrastables, se comienza a dar espacio a una charlatana para que experimente con familias con graves situaciones personales, mediante una pseudoterapia llamada Flores de Bach. Además, se decide cambia de «coach», contratando a una persona sin titulación oficial en psicología y de aquí cerquita -residente en Canarias-. Se dan conflictos con el trabajador readmitido a causa de sus vacaciones y debido a la política de sustituciones ante las bajas de su compañera de proyecto. Al final de los casales de verano se comunica a una de las educadoras que había entrado a principios de curso, que no continuará.
2015-2016
Se abre un proceso para el puesto vacante del proyecto de Centro Abierto, al que este delegado se presenta no siendo seleccionado. Por contra, se contrata a un educador con un currículum similar, el cual decide causar baja voluntaria al cabo de una semana al ver cómo la toma de decisiones está condicionada por la aprobación de la directora del centro. Posteriormente, se elige para el puesto a una estudiante de educación social a la cual han estado pagando casi 200€ todos los meses desde entonces. Entra una nueva contratación para encargarse del proyecto de banco de alimentos «Cistell solidari». A finales de casal de verano, una educadora que ha estado alargando durante todo el año una sustitución por baja por enfermedad de una profesional de Integración y Deporte, es informada por la directora del centro que no sigue porque no tiene experiencia con familias... después de estar un año entero bregando con casos extremadamente complejos. Un filósofo lanza una pregunta a las estrellas y a la directora: ¿Entonces, si no tiene experiencia para qué hostias la seleccionaste para un trabajo con familias, bobita?
2016-2017
Equipos educativos estables que facilitan la vinculación y el trabajo con los niños y sus familias. Se incorpora una nueva educadora a Integración y Deporte, la cual cobra hasta casi un año después, 200€ menos todos los meses. También entra una psicóloga para el trabajo con familias, pero solo las que están inscritas en el proyecto de Centro Abierto. Se abre cierto periodo de calma, además, a partir del embarazo de la directora del centro, pero las ocurrencias siguen a la orden del día. Esta vez le toca a las «Inteligencias múltiples», un invento de los años 80, probablemente de alguien que no daba un palo al agua y quería justificar lo manta que era en las matemáticas y lo bueno que resultaba en el recreo lanzando gapos a los gafotas. Una educadora de Centro Abierto decide marcharse por haber encontrado algo mejor y es sustituida por otra profesional.
2017-2018
Continua tranquilo el ambiente hasta enero, que es cuando vuelve el tazón psicopático de Mrs. Wonderful. ¿Han visto ustedes a un elefante cuando entra en una cacharrería? Bueno, pues la directora del centro es ese elefante pero con los chismes en la trompa. Empiezan los malos rollos de nuevo: propuestas estúpidas como el interés en implantar esa farsa llamada «Inteligencia / Educación emocional» en lugar de la Educación en Valores. Las reuniones del proyecto de Centro Abierto con dirección son cada vez más tensas, debido a factores como una mala elección de la figura de coordinación, o planteamientos que no favorecen el trabajo con los niños y sus familias. Una educadora de Centro Abierto decide cambiar a Servicios Sociales, por ser una mejora en su currículum. Es sustituida sin prisas por una amiga de la directora del centro, la cual además es seleccionada, sin saber una «mijita» de catalán, para ser educadora en el casal de catalán para recién llegados. En junio se comunica al proyecto de Integración y Deporte que no continuará, que los niños continuarán siendo atendidos y que el Patronato de Aldeas Infantiles no quiere despidos. Sin embargo, la dirección hace más tirante su relación con el equipo profesional de Centro Abierto, insinuando que se revisarán todos los perfiles para ver si se adecúan a la nueva realidad de un solo proyecto. En julio la situación es insoportable, con faltas de respeto a la profesionalidad de la plantilla. Una educadora de Centro Abierto pide una excedencia para que se haga efectiva a partir del 7 de octubre.
2018-2019
A principios de septiembre aún no se ha comunicado cómo va a quedar la atención directa en el curso siguiente. Las familias preguntan pero no se les da respuesta alguna. Corre el rumor de que la atención será solo de dos días a la semana para cada grupo. La sección escribe un artículo exponiendo la pérdida de calidad con estas medidas. En el plazo de una semana, la dirección despide improcedentemente a la única educadora del proyecto de Centro Abierto en plantilla que tenía claro su continuidad el curso siguiente, y propone nuevas condiciones a quienes trabajábamos en Integración y Deporte: comer en el centro tres días a la semana y trabajar un sábado cada ocho, saliendo media hora antes todos los días; control total en la toma de decisiones por parte de la dirección y coordinación del centro; trabajo de monitor de ocio y tiempo libre la tarde de los viernes, y, claro, ocurrencias a tutti plein, como el planteamiento de que dos días a la semana los niños vengan a las 15:30h. / 16h. a hacer los deberes al centro, mientras que otros dos asistan de 17h. a 20h., para realizar otras actividades. ¿Ustedes saben a qué hora, por regla general, salen de clase los niños que van a colegios concertados? Pero la solución que se aporta es que si faltan y están en el Caixa Proinfancia, ya firmaremos nosotros los profesionales o pediremos a los niños que lo hagan, mintiendo a un programa de carácter social. El delegado de esta sección, más que harto, se acoge al artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, extinguiendo la relación laboral con derecho a paro y obligación de la empresa de indemnizar con 20 días por año trabajado. Esa misma semana, la directora del centro entra en conflicto con la educadora de Centro Abierto a la que quedan unas horas para irse de excedencia. ¿Motivo? El deseo de Mrs. Wonderful de parecerse a un pitbull encocado. Al cabo de unos días, la psicóloga del centro encuentra un trabajo con mejores expectativas.
¿Qué pasará en el futuro?
José Luis y Laura no son eternos y van a caer, como lo han hecho otros egoístas e inútiles para la sociedad. Recordemos como en Fundación Salud y Comunidad, hubo jefazos que presuntamente alquilaban a la propia entidad sus masías para que los contribuyentes costearan las hipotecas, y, sin embargo, alguien levantó la liebre y denunció a Fiscalía Anticorrupción.
En algún momento, nos pondremos de acuerdo en que la mala praxis, el abuso de poder y atentar contra la dignidad de los trabajadores no puede tener cabida en una sociedad democrática, y que las entidades y personas que llevan a cabo estas barbaridades merecen nuestro más profundo rechazo.
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