Ejercicio para no pensar chorradas

Este es un ejercicio de autoconocimiento. Por favor, siga estas sencillas instrucciones:

1. Busque un espejo; no es necesario que sea grande, sino lo suficiente para que se vea bien la cara.
2. Ejercite su lengua y boca, desplazando la primera por el interior de la segunda, como si fuera un chupachús.
3. Pellízquese entre tres y cinco veces las mejillas.
4. Mírese a sí mismo con firmeza y sin complacencia en el espejo.
5. Pronuncie lo siguiente con decisión: «No soy clase media. Soy clase trabajadora. Si me han contratado de entre miles de profesionales y estudiantes o me han nombrado mando intermedio, también conocido como puesto de coordinación, no es por mis extraordinaria inteligencia ni cualidades sublimes, sino porque salgo muy barato a los de arriba que se están aprovechando de mí. La plantilla tiene el perfecto derecho a protestar por las miserables condiciones de trabajo que soportan, de la misma manera que yo, antes, también me quejaba. Si nunca abrí el pico, no es porque no haya motivos, sino porque tiendo a comparar los pocos derechos que he disfrutado en mi triste vida con la situación de los países donde hay guerra o hambre, en lugar de hacerlo con los privilegios que se disfrutan en Pedralbes o Sant Cugat del Vallès. No voy a heredar la empresa. Es un comportamiento egoísta pensar en mi beneficio y no en conseguir mejores condiciones de trabajo para el conjunto de trabajadores. La coherencia se demuestra adaptando mis actos a mis pensamientos. No soy clase media. Soy clase trabajadora».

«A veces...»